CÓMO
Cómo traducir en palabras esta realidad que es una, y a la vez múltiple. Este que es nuestro objetivo común, y que es a la vez lo común de nuestros objetivos. Esta, en suma, que es la verdad que son nuestras verdades que debemos realizar.
Cómo traducirla en palabras que a la vez que sencillas, sean lo suficientemente completas. Que puedan ser trasmitidas y que trasmitan. Que no se corrompan y que no corrompan ese significado que le asignamos para transportar. Que siendo claras no sean tan transparentes que no existan. Que siendo espesas no sean densas. Y que siendo, no envejezcan. Y que al fin, en los otros oídos, vuelvan los otros ojos sobre esta realidad que siendo múltiple es una. Sobre esos objetivos para que se vuelvan en común. En suma, que se realice la verdad; y que ésta nos supere de tal forma que ya no solo sea nuestra, sin dejar de pertenecernos. Y que se pueda traducir en esas sencillas, transparentes y consistentes palabras que hoy balbuceamos en un saludo: hasta la victoria siempre...
Y el “cómo”, que se repite y se extiende, está fecundado por esta esperanza que es la búsqueda que no se abandona. Y entre la interrogación que angustia y la búsqueda que nos mueve, la respuesta se va gestando; va creciendo y contestándose con nuevas preguntas que ya no nos pertenecen, sin dejar de ser nuestras. Que a veces nos encierran; y que a veces son abiertas a nuevas verdades, que traducen en sencillas palabras esta realidad, que definitivamente, con nuestro trabajo, nos avisa que la victoria será, y es, nuestra.
Leopoldo Mario Piazza
Buenos Aires, 13 de Enero de 1984 (13-01-84)
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